CUADRO DE LESIONES DEPORTIVAS
LESIÓN
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DEFINICIÓN
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SINTOMAS O
MANIFESTACIONES
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CLASIFICACIÓN
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TRATAMIENTO NORMAL
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TRATAMIENTO
ALTERNATIVO
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HERIDA
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Las
heridas son lesiones que rompen la piel u otros tejidos del cuerpo. Incluyen
cortaduras, arañazos y picaduras en la piel. Suelen ocurrir como resultado de
un accidente pero las incisiones quirúrgicas, las suturas y los puntos
también causan heridas. Las heridas menores no suelen ser serias, pero es
importante limpiarlas bien.
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La
mayoría de las veces las heridas no suponen un riesgo inmediato, pero pueden
llegar a serlo si no se actúa correctamente desde el primer momento. Para no
encontrarnos con alguna complicación hay una serie de signos que debemos
conocer y unas conductas que debemos adoptar que nos proporcionarán
tranquilidad y ayudarán a la recuperación de la herida.
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Hay diferentes tipos de
heridas, unas necesitan una atención más urgente que otras. Su aspecto nos
dará una idea de a qué tipo de herida nos enfrentamos y cómo actuar ante
ellas:
·
Abiertas: con separación de la piel. Debemos comprobar la
distancia que hay de un borde a otro de la herida, y la profundidad. Si no es
muy abierta, no será necesaria una sutura.
·
Cerradas: no se observa separación de la piel, pero generalmente
hay hematoma. Suelen estar producidas por golpes, y requieren una atención
rápida para descartar el compromiso de algún órgano o de la circulación.
·
Simples: alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función
del organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja de dolor
en órganos internos.
·
Complicadas: son extensas y profundas, con hemorragia abundante,
y generalmente conllevan lesiones de músculos, nervios, vasos u órganos
internos. Son muy llamativas y se reconocen fácilmente.
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·
Miel: Los gérmenes se ven
“atraídos” por la miel, lo mismo que ocurre con las abejas. Esto ocurre
cuando se aplica sobre una herida. Deshidrata los agentes malignos, deja la
piel limpia y sin infecciones. Una vez que esté bien desinfectada y seca,
coloca un poco de miel y retiene usando una gasa
esterilizada o un lienzo. Deja que se absorba.
·
Vinagre blanco: coloca una cucharada
de vinagre blanco en un litro de agua. Con esto
limpia las costras que se van formando en la herida para poder eliminar las
bacterias y limpiando profundamente. Puede picar un poco, no te asustes.
·
Cebolla: La cebolla se asemeja
al ajo en cuánto a componentes y propiedades, pero con la diferencia de que
no irrita la piel. Coloca en la procesadora media cebolla cortada y una cucharada o dos de
miel de abejas. Aplica sobre la herida y deja actuar por lo menos una hora,
repitiendo tres veces al día hasta que cicatrice.
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CONTUSIÓN
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Se
origina una contusión cuando se produce un golpe, caída o
cualquier impacto sobre la piel, pero sin llegar a romper su continuidad ni
ocasionar heridas abiertas. Sin embargo, nunca hay que subestimar la
gravedad de una contusión; aunque no haya sangre, un golpe de intensidad moderada
podría ocasionar daños en músculos, tendones, e incluso órganos internos, y puede dar lugar a
fuertes hemorragias internas.
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Contusiones mínimas: no se consideran de
riesgo y no precisan tratamiento. Debido al golpe se rompen pequeños
capilares que provocan enrojecimiento local de la zona, llamado eritema, que
desaparece al cabo de unos minutos. No son muy dolorosas, y puede sentirse
sensación de cosquilleo, como por ejemplo con una bofetada.
Contusiones leves o de
primer grado:
el golpe causa la rotura de capilares y algunos vasos sanguíneos locales y
superficiales; en la piel aparece el típico cardenal de color rojo violáceo a
causa de la salida de la sangre fuera del sistema circulatorio. Hay dolor sobre todo al
tacto, y conforme pasan los días y se produce la degradación de las células
sanguíneas, la lesión va cambiando de color, pasando del rojo al amarillento
y, finalmente, desaparece al cabo de cuatro o cinco días. Un ejemplo sería el
típico golpe en la rodilla, que se pone morada pero no genera molestias.
Contusiones moderadas o de
segundo grado:
el impacto es más fuerte, y afecta a vasos mayores que al romperse provocan
un acúmulo de líquidos en la zona lesionada, causando así un hematoma. Aparece
dolor en la zona e hinchazón, con una coloración morada. Suele reabsorberse,
aunque tarda algo más de tiempo en desaparecer que las leves. Los deportistas
suelen sufrir contusiones de este tipo, generalmente causadas por caídas o
colisiones con otros jugadores.
Contusiones graves o de
tercer grado:
aunque el golpe no dañe ni rompa la superficie de la piel, lesiona los vasos
de manera que la sangre deja de irrigar la zona, lo que provoca la necrosis (o muerte) de los tejidos. En este
caso, la zona lesionada estará fría, inflamada y dura. Este tipo de golpes
suelen ocasionar también fracturas y daños en órganos
internos. Son la lesión más común de los accidentes de tráfico.
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Contusiones más comunes
Algunas de las zonas del cuerpo son más
propensas a sufrir contusiones:
|
·
Las contusiones mínimas y
las leves no requieren una
atención especial. El dolor no es intenso y desaparece con rapidez, aunque se
puede aliviar aplicando frío local, como una toalla empapada en agua fría.
·
Las contusiones moderadas
y graves se pueden tratar con
las siguientes acciones:
o
> Frío local:
durante las primeras 24h el frío evita la inflamación y ayuda a reducir el
dolor.
o
> Reposo: evitar movimientos. Si la
contusión está en alguna extremidad, mantenerla en alto ayudará a reducir la
inflamación.
o
> Si el accidentado siente mareos, malestar
general, o la zona lesionada crepita y tiene posturas antinaturales, se debe sospechar de fractura o lesiones
internas y
acudir de inmediato a los servicios de emergencia. En caso de fracturas se
puede llevar a cabo una inmovilización de la extremidad.
o
> Cuando el hematoma sea muy
extenso, o se hayan producido muchos en distintas zonas del
cuerpo, consultar con un profesional de la salud, ya que una posible
complicación de una contusión es la infección o la liberación de pequeños coágulos
al flujo sanguíneo.
o
> Baños de contraste:
las contusiones en manos, pies o dedos se tratan metiendo alternamente la
extremidad en agua caliente y fría, con un tiempo de inmersión de 4-5 minutos
cada una durante unos 20 minutos al día. Ayuda a calmar el dolor y a la
reabsorción de los líquidos.
o
> Si se ha producido una contusión en la cara o en la zona
ocular, los signos serán muy alarmantes, puesto que la
gravedad hará descender la sangre por toda la cara. No hay que alarmarse, y
se aplican las mismas medidas. Si el impacto ha sido en el ojo se
debe consultar al médico por las posibles lesiones.
o
> Existen pomadas sin receta
médica, cuyo principio activo es el ibuprofeno o el ácido
acetil salicílico, que ayudan a la reabsorción de los líquidos. Se puede
consultar con un médico y tener una en el botiquín para estos casos. También
hay sprays de calentamiento instantáneo (tipo Reflex) para tratar el dolor de
forma inmediata.
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Remedio para contusiones #1: Un remedio tradicional muy antiguo consiste
en aplicar, tan pronto se recibe el golpe, compresas muy frías o
incluso pedazos de hielo sobre
la zona afectada.
Remedio para
contusiones #2: Empapar un paño de
algodón con un poco de vinagre frío. Aplicar sobre el golpe.
Remedio para
contusiones #3: Triturar unas hojas de almendro frescas y hacer con ellas
una cataplasma para impedir la formación del hematoma.
Remedio para contusiones #4: Hacer un emplasto con
hojas frescas de angélica.
Remedio para
contusiones #5: Aplicar inmediatamente un bistec (bife)
de ternera isobre el punto de impacto para calmar el dolor y evitar la
formación del hematoma.
Remedio para contusiones #6:Elaborar una pasta con perejil molido y un poco de mantequilla y
luego frotar con ésta la zona contusionada sin ejercer mucha presión
Remedio para
contusiones #7: Otro remedio muy bueno para
evitar la formación de un moretón consiste en colocar sobre las
contusiones una compresa de árnica; ésta
se puede adquirir en las farmacias o, si gusta, se puede elaborar hirviendo
un litro de agua por 15 minutos al cual se le añadirá, pasado ese tiempo, un
puñado de hojas de árnica.
Remedio para
contusiones #8: Aplicar dos cataplasmas
preparadas a partir de una manzana o rallar la manzana cruda con
su piel y colocar los pedazos en el lugar del golpe, ya sea
envolviéndola en una gasa ligera o directamente sobre la epidermis.
Remedio para
contusiones #9: Hacer una cataplasma de cebolla, calentando un trozo de ésta en
una sartén,y poniéndola sobre una gasa la cual deberá ser aplicada
sobre el área que recibió el golpe durante 4 a 5 horas
Remedio para
contusiones #10: Este remedio alivia
inmediatamente los golpes en los dedos mediante un huevo al cual se le hace un
agujero, en un extremo, lo suficientemente grande para que
quepa el dedo. Éste se introduce dentro y se mantiene allí hasta que el
calor que desprende pase al huevo y éste también se caliente.
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DISTENSIÓN MUSCULAR
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Una distensión muscular es el desgarro parcial o completo de
fibras musculares, que se rompen, en mayor o menor cantidad, dependiendo de
la violencia del gesto causante de la lesión. El desgarro puede ser tan
ínfimo que sólo pueda ser observado y diagnosticado a través de microscopio o
ecografía, o puede ser tan grave que provoque un sangrado interno por rotura
masiva de fibras musculares.
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Los desgarros o distensiones musculares se deben a
una sobrecarga dinámica; siendo la causa más típica una contracción violenta
con estiramiento excesivo simultáneo. Es decir, se conjugan dos tensiones
enfrentadas. Por un lado la extensión muscular, es decir, la tensión
excéntrica, y por otro la contracción muscular, o tensión concéntrica.
Estas lesiones suelen aparecer con frecuencia
en deportes con movimiento o acciones explosivas (fútbol, atletismo de
velocidad…). Un cambio de ritmo brusco en la carrera, un golpeo al balón, una
batida de salto, son movimientos en los que el músculo puede verse afectado
con esta lesión.
·
Grado 1: los primeros días se
aplica la máxima RHICE (reposo, hielo, elevación y compresión).
Posteriormente, están indicados los ejercicios sin carga y de baja
implicación muscular, así como los estiramientos indoloros; para de esta
forma llegar al ejercicio cotidiano.
·
Grado 2: se iniciará de la
misma forma que el primer caso, es decir, con la premisa RHICE. En este caso,
además del entrenamiento paulatino e indoloro, se añadirá en las primeras
fases rehabilitadoras el uso de los ejercicios isométricos (aproximadamente a
partir del cuarto día).
·
Grado 3: al igual que en los
caso anteriores se comenzará respetando el protocolo RHICE. Debido a la
gravedad de la lesión, y su impotencia funcional, es beneficioso el empleo de electroestimulación muscular. Seguidamente
se llevará a cabo la normalización progresiva hasta alcanzar la completa
recuperación.
En todos los casos el patrón rehabilitador se
ajusta a una misma secuencia de pautas para completar las distintas fases de
la recuperación, la diferencia radica en el plazo de cada fase.
A todo este tratamiento (para todos los
grados de lesión) se le puede añadir termoterapia a partir del 3-4 día para aumentar
el metabolismo de la zona afectada y provocar una recuperación más rápida. La
aplicación de ultrasonidos o láser también puede ayudar a regenerar el tejido
dañado.
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Podemos hablar de tres grados distintos de distensión muscular según el nivel de rotura que
presentemos:
Distensión
muscular de grado 1 o leve
Existe desgarro o rotura de algunas fibras
musculares, aunque la porción tendinosa permanece ilesa. No suele presentar
hematoma intramuscular, aunque de hacerlo, este suele tener un tamaño no
superior a un centímetro. En ocasiones el deportista no es consciente de la
lesión hasta después de terminada la actividad. Su recuperación se señala
entre siete y ocho días.
Distensión
muscular de grado 2 o moderada
En este grado se produce una rotura moderada
de fibras del músculo y en ocasiones también de la zona tendinosa. La
palpación en la zona afectada es dolorosa. La rotura fibrilar ronda el tercio
de la superficie muscular y el hematoma acompañante oscila en torno a los
tres centímetros. El deportista habitualmente suele abandonar la actividad
deportiva en el momento de la lesión. La musculatura presenta tumefacción y
responde con deficiencia en su movilidad. La gravedad de esta lesión deja la
recuperación en torno a las dos semanas.
Distensión
muscular de grado 3 o grave
En este grado se presenta la rotura completa
del vientre muscular, así como de la inserción músculo tendinosa. A la
palpación se aprecia un defecto notable y amplio en la fibra muscular.
También se presenta un edema importante. El deportista es consciente de la
lesión debido a la elevada descarga de dolor asociada a este grado de
distensión. Se produce un efecto invalidante en la musculatura afectada.
Debido a la trascendencia de este grado de lesión, la rehabilitación puede
dilatarse en el tiempo de tres a cinco semanas.
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·
Grado 1: los primeros días se
aplica la máxima RHICE (reposo, hielo, elevación y compresión).
Posteriormente, están indicados los ejercicios sin carga y de baja
implicación muscular, así como los estiramientos indoloros; para de esta
forma llegar al ejercicio cotidiano.
·
Grado 2: se iniciará de la
misma forma que el primer caso, es decir, con la premisa RHICE. En este caso,
además del entrenamiento paulatino e indoloro, se añadirá en las primeras
fases rehabilitadoras el uso de los ejercicios isométricos (aproximadamente a
partir del cuarto día).
·
Grado 3: al igual que en los
caso anteriores se comenzará respetando el protocolo RHICE. Debido a la
gravedad de la lesión, y su impotencia funcional, es beneficioso el empleo de electroestimulación muscular.
Seguidamente se llevará a cabo la normalización progresiva hasta alcanzar la
completa recuperación.
En todos los casos el patrón rehabilitador se
ajusta a una misma secuencia de pautas para completar las distintas fases de
la recuperación, la diferencia radica en el plazo de cada fase.
A todo este tratamiento (para todos los
grados de lesión) se le puede añadir termoterapia a partir del 3-4 día para aumentar
el metabolismo de la zona afectada y provocar una recuperación más rápida. La
aplicación de ultrasonidos o láser también puede ayudar a regenerar el tejido
dañado.
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Baños
calientes
Los baños calientes son muy adecuados para
tratar estas dolencias.
Dejar caer el agua de la ducha en nuestro
cuello o espalda es siempre un alivio para los músculos; el calor es un
agente calmante y podemos servirnos de él dos veces al día.
Los
baños relajantes son aún más efectivos si incluimos en ellos sales
de Epsom.
Ingredientes
·
1 taza de sales de Epsom (200 g)
·
Agua (la suficiente para llenar la tina)
Preparación
Llenaremos la bañera con agua caliente, la
suficiente para darnos un baño de inmersión durante algunos minutos cubriendo
todo el cuerpo.
Añadiremos la taza de sales de Epsom para
lograr un efecto relajante. Su composición a base de magnesio es idónea
para las contracturas.
Romero
La
esencia de esta y otras plantas aromáticas, como el tomillo o la lavanda son
idóneas para desinflamar.
Prepararemos una infusión con unas cuatro o
cinco ramitas y una taza de agua caliente.
Dejaremos que se realice la decocción durante
10 minutos para, después, colarla y quedarnos con la infusión.
Seguidamente, mezclamos el líquido con arcilla para obtener una pasta
homogénea –importante
que esté tibia, caliente, pero sin que nos llegue a quemar–.
La aplicaremos en la zona afectada durante 20
minutos.
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ESGUINCE
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Fundamentalmente, los esguinces se producen al traspasar el límite
máximo permitido del movimiento de una articulación. Una vez transgredidos
estos umbrales, todas las estructuras sufren daños, ya que su diseño no
abarca dimensionas tales. Los mecanismos más habituales de este tipo de
lesiones son:
Los movimientos bruscos
y excesivos, o los gestos descontrolados, cuando en ellos
convergen dos factores sinérgicos: ángulos máximos de movimiento, y carga
sobre estos. Si se realiza una acción en ángulos máximos sin una carga
significativa, se produce el fenómeno conocido popularmente como torcedura,
lesión de menor entidad que el esguince. Sin embargo, si se le añade el
componente de la carga, la gravedad se incrementa debido a que las
estructuras de sujeción no soportan la fuerza a contener.
Los traumatismos son otra causa común de esguince.
Por norma general los impactos y accidentes en articulaciones provocan este
tipo de lesiones.
En el caso de los esguinces de tobillo –los más frecuentes– el mecanismo
puede ser ejemplo para otras articulaciones. De esta manera, se produce la
torcedura por inversión (hacia dentro) por la mayor debilidad de la
estructura ligamentosa externa que induce a doblar la articulación hacia
dentro, mientras que el otro mecanismo sería por eversión, es decir, una
torcedura hacia fuera alejando la articulación de la línea media.
En otros casos como la rodilla, la torcedura
se produce a cualquiera de los dos lados de la misma, forzando la postura de
varo o valgo (convexidad o concavidad de la articulación).
Otro mecanismo conocido es el del primer dedo de la mano o dedo gordo, en los esquiadores,
que sufren un esguince por una hiperabducción con el bastón.
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Atendiendo a los grados de gravedad,
podemos encontrarnos con el siguiente cuadro sintomatológico que nos indica
que se ha producido un esguince:
·
Dolor: es un síntoma prácticamente constante en este tipo de lesiones
a consecuencia de la inflamación y, en algunos casos, la rotura parcial de
algunas de sus estructuras. En algunos casos el dolor llega a ser tan
importante, sobre todo a mayor grado de esguince, que se produce un fenómeno
de hipersensibilidad, es decir, intenso dolor al mínimo roce de la
articulación afectada.
·
Edema o inflamación de los tejidos: la rotura de los capilares
sanguíneos y el líquido sinovial de la articulación afectada se acumulan en
la cápsula articular produciendo un aumento de tamaño de dicha articulación
poniendo de manifiesto este signo tan característico del esguince. El
aspecto, por tanto, de una articulación inflamada es de una articulación
deformada, lo que puede llamar la atención sobre todo en personas con
distinto umbral del dolor y que perciban más el aumento de tamaño de la
articulación que el dolor.
·
Inestabilidad funcional limitada e incluso anulada: tanto el
dolor como la propia inflamación articular generan una impotencia en la
función del aparato articular, siendo la principal causa del cese de
actividades habituales. En casos como el tobillo o rodilla pueden generar la
imposibilidad de caminar. En otros casos más leves, se mantiene la
funcionalidad, pero con evidente inestabilidad pues los ligamentos se
encuentran dañados y no ofrecen la resistencia habitual
·
Equimosis o cardenal: a las pocas horas de sufrir la lesión puede
aparecer una zona punteada rojiza o equimosis, o un verdadero hematoma por la
rotura de pequeños capilares de las estructuras que han sufrido la torcedura.
Será más evidente en articulaciones como el tobillo.
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Según su gravedad hablamos de tres tipos de esguinces:
Esguince de grado 1
Se produce distensión de los ligamentos pero
sin llegar a la rotura de los mismos. No existe laxitud articular asociada,
por lo tanto, la persona afectada puede realizar movimientos completos,
asociados a un dolor leve y un ligero proceso inflamatorio.
Esguince de grado 2
En este caso sí existe rotura parcial del
tejido ligamentoso. El dolor se torna ahora moderado, acompañado de una
inflamación más acentuada. El paciente responde con posturas antiálgicas
(vicios posicionales para evitar el dolor) y una ligera inestabilidad
articular. Presenta diferentes niveles de tumefacción (hinchazón), deformidad
y equimosis (hematomas). Puede ser visible un hematoma en la zona afectada.
Esguince de grado 3
Rotura completa de la porción ligamentosa.
Dolor vivo, hinchazón prominente, deformidad y equimosis acentuadas.
Impotencia funcional de la articulación afectada.
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La prioridad de la rehabilitación en este
tipo de lesiones radica en controlar la inflamación y el dolor, así como
aliviar de cargas la zona afectada por el esguince. Seguiremos para ello el
protocolo RHICE:
Reposo, Hielo, Compresión y Elevación. Por lo tanto, las primeras medidas
para el tratamiento de un
esguince serán:
·
Aplicar hielo o algún mecanismo de
frío (de manera doméstica se aplica una bolsa de guisantes congelados por su
adaptabilidad a cualquier articulación), reduciendo así la inflamación y
calmando el dolor.
·
Hacer un vendaje compresivo de la zona dañada.
·
Elevación del miembro
lesionado para favorecer el
drenaje edematoso. Es importante que, en el caso del tobillo, la
elevación del mismo sea por encima de la cadera, para que este drenaje sea
eficaz.
Para tratar el esguince será también
beneficiosa la administración de medicamentos
antiinflamatorios y analgésicos. Igualmente, es recomendable
el uso de cualquier tipo de ortesis a fin de disipar cualquier carga
sobre esa articulación dañada. Atendiendo a la graduación de la lesión, se
pueden citar medidas de respuesta ante una lesión de esguince:
Esguince
grado 1
No es necesaria inmovilización alguna, e
incluso resulta prudente permitir su uso. A partir del segundo día, se puede
comenzar con ejercicios de movilización (flexo-extensiones, movilidad
articular, fortalecimiento, etcétera). Una vez recuperados, y antes de
reanudar la actividad física, conviene fijar la articulación con un vendaje
preventivo.
Esguince
grado 2
El patrón de actuación será idéntico al grado
1, con la salvedad de la protección con férula o vendaje funcional a partir
del segundo día.
Esguince
grado 3
Antes de cualquier actuación, debe ser
evaluada la lesión por un especialista, en este caso traumatológico, para
discernir el alcance de la lesión y las pruebas pertinentes a realizar.
Posteriormente, y al igual que en los casos anteriores, comenzaremos los
primeros dos días con el protocolo RHICE; una vez que la inflamación ha
remitido (de dos a tres semanas), se comenzarán las labores de rehabilitación
por parte de terapeutas profesionales acompañados del uso de férulas de
descarga o vendajes funcionales.
La ejercitación consistirá en actividades que
busquen la amplitud de los movimientos y el fortalecimiento de
ligamentos. Trazar las letras del alfabeto en el aire con el pulgar o ponerse
de puntillas son ejemplos de estos ejercicios rehabilitadores.
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Es el mejor tratamiento que se le puede
hacer. Aplicar el hielo durante unos 15 minutos 4 veces al día ayudará
reducir la inflamación. Elevar el pie (en caso de tener esguince de tobillo)
por encima del nivel del corazón permite que la sangre no se acumule tanto en
los pies y la gravedad trabajará en contra de la hinchazón. Aplicar
compresión con una venda elástica, esto ayuda a reducir la acumulación de
fluidos en esa zona y realizar reposo, hacer los menos movimientos posibles
que obliguen los músculos a trabajar esa zona y evitar cargar nuestro peso en
ella.
2. Arcilla
Aplicar emplastes de arcilla sobre el
esguince es un estupendo remedio. La arcilla contiene minerales como el
silicio, hierro, magnesio, calcio y potasio entre otros, los cuales ayudarán
a tratar la inflamación, calmar el dolor y ayudar a drenar mejor la impureza
de los tejidos.
Para potenciar sus efectos, se puede mezclar con vino tinto. Aplicar en la zona inflamada y se puede cubrir con papel higiénico para luego sujetarlo con una venda.
3. Baños de contraste
Si se prolonga el esguince, realizar baños de
contraste: agua fría- agua caliente- agra fría, agua caliente, ayudará a
mejorar la circulación de esa zona y disminuir su inflamación.
4. Agua con sal y vinagre
Realizar baños con agua caliente con sal y
vinagre es un estupendo remedio para aplicar a partir del 3 o 4 día de la
lesión.
En un cuenco con agua caliente añade un vaso de vinagre y un buen puñado de sal, sumerge el pie (en caso de tener el esguince en el tobillo) y déjalo sumergido hasta que el agua se enfríe. Realizar dos veces al día.
5. Pimienta de Cayena
La pimienta de Cayena es rica en capsaicina,
la cual es conocida por aliviar el dolor. Remojar la zona lesionada con agua
caliente y polvo de esta pimienta producirá un efecto calmante que ayuda a
aliviar el dolor.
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FRACTURA
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La fractura
se define básicamente como la pérdida de continuidad de un hueso
largo o la modificación de la forma original en un hueso corto,
causada por el traumatismo directo sobre la estructura ósea, un
traumatismo indirecto sobre la zona cercana o por sobrecarga de la
misma.
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Los síntomas que se producen tras una
fractura son generalmente:
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Dependiendo
de dónde sea la fractura y su gravedad, el tratamiento puede incluir:
o
El uso de una férula para detener el movimiento del
miembro roto.
o
Buscar apoyo para el hueso.
o
El uso de un molde de yeso para proporcionar apoyo e
inmovilizar el hueso.
o
La tracción del hueso
o
La inserción quirúrgica de varillas o placas de metal
para mantener las piezas de hueso juntas.
o
El alivio del dolor.
Procedimiento
quirúrgico para las fracturas
Dependiendo
de la localización y la gravedad de la fractura, los procedimientos
quirúrgicos pueden incluir:
o
Fracturas cerradas o simples. Los dos extremos del hueso
roto se alinean y se mantienen en su lugar. La extremidad se venda muy bien
para luego aplicar el yeso húmedo.
o
Las fracturas abiertas o compuestas. Estas reciben una
limpieza a fondo para eliminar los posibles residuos antes de ser reparadas,
debido a que una fractura expuesta al aire libre puede infectarse fácilmente.
o
Fracturas en huesos largos. Los huesos largos como el
fémur son difíciles de mantener alineados. En los adultos a menudo son tratados
mediante el enclavado interno. Los niños pueden necesitar tracción par de
días antes de fijar el hueso con un yeso. Una vez que los dos extremos del
hueso comienzan a mostrar signos de cicatrización, la articulación de la
pierna y la cadera se inmovilizan con el yeso. En otros casos, se insertan
pasadores encima y debajo de la fractura para fijar ambas partes del hueso.
Este procedimiento se realiza bajo anestesia general.
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Remedio para fractura de
huesos #1: Sumergir la cáscara de un huevo blanco limpio en una taza con zumo
de limón antes de acostarse. Tomar el líquido pastoso y blanquecino que
encontrará alrededor del huevo a la mañana siguiente en ayunas .Tomar
durante 9 días conseguidos en un mes
Remedio para fractura de
huesos #2: Colocar un pedazo de
raíz y hojas de consuelda en un recipiente que contenga 1/2 litro de agua.
Hervir por 10 minutos. Retirar del fuego y dejar frescar. Tomar a
lo largo del día por 2 semanas, descansar una y luego reiniciar 2 semanas.
Hasta que el hueso se consolide. La consuelda ayudan a reparar el hueso por
contener alantoína.
Remedio para fractura de
huesos #3 Tomar cacao puro mezclado con yogur a diario con lo cual
se consolida las fracturas de forma más rápido.
Remedio para fractura de
huesos #4 Verter 1 cucharada de hojas
de sauce en una taza de agua que esté hirviendo Tapar y dejar
refrescar. Tomar 1 taza cuando se siente dolor a causa de la fractura.
Remedio para fractura de
huesos #5: Colocar 1 cucharada de cola de caballo en una taza de agua que esté
hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Colar y beber hasta 3 tazas al
día para facilitar este proceso de recuperacióRemedio para fractura de huesos #6: El remedio Homeopático más
empleado es Árnica montana.
Remedio para fractura
de huesos #7: Se recomienda el fosfato
calcico de Sales de Schüessler
Remedio para fractura de
huesos #8: El pino es el remedio de las flores de Bach más indicado para las
afecciones de huesos.
Remedio para fractura de
huesos #9: Hervir un puñado de hojas de
achicoria, 3 hojas de papayo y 1 cucharada de linaza en 1 litro de agua por
10 minutos. Tomar un vaso diario por 20 días.
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CONTRACTURA
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Como su propio nombre indica, la contractura muscular es una contracción del músculo, el
carácter lesivo radica en la continuidad de esta contracción de forma
sostenida en el tiempo. Obviamente esta contracción permanente es
involuntaria, quedando de esta forma la musculatura en constante tensión. Un
músculo se contrae y se distiende, pero en algunos casos, una zona del vasto
muscular no se relaja, y sigue contraída. Esta zona se mantiene dura e
hinchada, de ahí que el paciente note un abultamiento al tacto, vulgarmente
llamado ‘nudo’.
Una contractura no es una lesión grave, pero
si molesta y que nos puede impedir realizar determinados gestos con
normalidad y sin dolor, por lo que conviene saber identificarlas,
diferenciarlas de otros problemas, seguir unas sencillas pautas para
minimizar sus efectos y ponerse en manos de un especialista en fisioterapia
si queremos acortar los tiempos de recuperación, que, en condiciones
normales, pueden oscilar entre una y dos semanas dependiendo de la gravedad
de la misma.
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Los síntomas más característicos y comunes de
las contracturas
musculares son
el dolor y la limitación de movimientos. Ambos parámetros ofrecen un amplio
abanico de gravedad, ya que en algunos casos las contracturas pasan de ser
pequeñas molestias sin impedimento alguno a lesiones completamente
invalidantes.
La sintomatología oscila en función de dos
parámetros: zona afectada y extensión de la contractura.
Centrándonos en el primer parámetro, encontramos por ejemplo que en regiones
altas del cuerpo, como puede ser el caso de la zona cervical, las
contracturas llegan a desencadenar cuadros verdaderamente agresivos como
mareos, vértigos, migrañas… Un síndrome de escalenos (atrapamiento
del paquete vásculo-nervioso del cuello, por inflamación o contractura del
vientre muscular de los músculos escalenos) provoca sensación de pesadez del
brazo, dolor profundo, o parestesia y manos frías. Un músculo piramidal que
aumenta su grosor a causa de una contractura puede comprimir las estructuras
adyacentes e inducir una falsa ciática.
En cuanto al segundo parámetro, la extensión de la contractura,
es evidente que una mayor dimensión de la contractura enfatizará y agravará
los efectos mencionados.
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Como su propio nombre indica, la contractura muscular es una contracción del músculo, el
carácter lesivo radica en la continuidad de esta contracción de forma
sostenida en el tiempo. Obviamente esta contracción permanente es
involuntaria, quedando de esta forma la musculatura en constante tensión. Un
músculo se contrae y se distiende, pero en algunos casos, una zona del vasto
muscular no se relaja, y sigue contraída. Esta zona se mantiene dura e
hinchada, de ahí que el paciente note un abultamiento al tacto, vulgarmente
llamado ‘nudo’.
Una contractura no es una lesión grave, pero
si molesta y que nos puede impedir realizar determinados gestos con
normalidad y sin dolor, por lo que conviene saber identificarlas,
diferenciarlas de otros problemas, seguir unas sencillas pautas para
minimizar sus efectos y ponerse en manos de un especialista en fisioterapia
si queremos acortar los tiempos de recuperación, que, en condiciones
normales, pueden oscilar entre una y dos semanas dependiendo de la gravedad
de la misma.
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1.
En primer lugar, se debe aplicar la propia lógica:
alejarse del mecanismo lesional. Si un ejercicio o la repetición de un gesto
crea una contractura, se deben evitar estos ejercicios o gestos. El reposo, en muchas
ocasiones, es el mejor método de curación.
2.
Un tratamiento muy válido en los primeros estadios de la
contractura, es la aplicación de calor seco en la zona afectada, como por
ejemplo el uso de almohadas eléctricas. El calor es un potente vasodilatador
y contribuirá a la depuración sanguínea del segmento muscular, además de
provocar una sensación inmediata de alivio por su efecto analgésico y
relajante.
3.
Los baños de contraste son otra forma de paliar los efectos
dolorosos de las contracturas. Esta técnica se basa en el uso alterno del
agua fría y el agua caliente, provocando reacciones sucesivas de
vasoconstricción y vasodilatación, estimulando así la circulación en la
extremidad tratada.
4.
El uso de la farmacología es un tratamiento más agresivo,
más químico, pero con unos resultados óptimos. Cualquier antiinflamatorio, ya
sea de ingesta oral o de aplicación cutánea, ayudará a la recuperación de la
zona dañada.
5.
Los masajes.
El método más eficaz y natural de todos los expuestos anteriormente. No
existe mejor remedio ante una contractura que ponerse en manos de un
profesional de las terapias manuales para erradicar la dolencia.
Las contracturas no responden a un patrón
estándar en cuanto a tiempos de
recuperación se
refiere, al ser una cuestión de sobrecarga no se puede discernir cuánto
tiempo lleva cargándose esa zona.
Pero se puede establecer de forma genérica que una contractura ya fijada
puede suponer un trabajo de dos o tres sesiones de fisioterapia, con sus días
de reposo intermedio y una vuelta a la movilidad de forma progresiva. Esto
puede suponer entre una y dos semanas desde que se trata la contractura hasta
que se elimina por completo y el paciente puede volver a su rutina habitual
con total garantía.
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·
Romero: es una especia muy usada en la
cocina, para dar sabor y aroma a muchos platillos. Ofrece muchos beneficios
para la salud, sobre todo para la relajación. Se puede hacer un baño de
inmersión diluyendo un poco de romero para aliviar calambres menstruales o
espasmos en los músculos. También se hacen masajes con aceite esencial de
romero en las articulaciones. Las compresas calientes en las áreas doloridas
o inflamadas reduce los síntomas de la artritis.
·
Valeriana: se usa desde hace
cientos de años para aliviar la tensión en el cuello, tiene a su vez un gran
efecto sedante para controlar la ansiedad y los trastornos del sueño. Se puede
hacer una infusión de valeriana o un té, y también consumir unas pastillas
naturales en la dietética, debido a que esta planta tiene un olor fuerte y no
del todo agradable.
·
Manzanilla: es el “tranquilizante
por excelencia”, uno de los más conocidos y recomendados. Se usa para tratar
el dolor muscular pero también para los trastornos menstruales, las
tensiones, el dolor de cabeza, la ansiedad, el estrés,
los nervios, etc. Relaja los músculos que se encuentran tensos y ofrece sus
propiedades anti-inflamatorias para aliviar los calambres.
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Catnip: es una planta nativa
de Europa, dentro de la familia de la menta, que se ha plantado en América
del Norte y Asia. Se usa como un sedante natural y a la vez un relajante
muscular. Ayuda a reducir la hinchazón en las articulaciones, aliviar el
dolor de cabeza por tensiones, curar lesiones en los tejidos blandos, entre
otras propiedades.
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Pimienta de cayena: es muy usada en los
hogares para recetas de cocina y se ha comprobado que es más que eficaz para
aliviar y tratar de manera eficaz y rápida los dolores producidos por calambres
musculares.
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OTRA:
Calambre |
Es el nombre común de un espasmo muscular.
Estos se pueden presentar en cualquier músculo del cuerpo, pero a menudo se
producen en una pierna. Cuando un músculo está en espasmo, se contrae sin
control y no se relaja.
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Cuando
se presenta un espasmo muscular, el músculo se siente muy tenso y algunas
veces se describe como un nudo. El dolor puede ser intenso.
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Tipos de calambres musculares: calambres verdaderos
Los
calambres verdaderos implican una parte o la totalidad de un músculo o grupo
de músculos que generalmente actúan en conjunto. La mayoría de los expertos
opinan que los calambres verdaderos son causados por la hiperexcitabilidad de
los nervios que estimulan los músculos. Este es el tipo de calambre muscular
esquelético más común, suele ocurrir en las siguientes circunstancias:
Lesiones. El calambre
muscular puede desarrollarse como un mecanismo de protección después de una
lesión, por ejemplo cuando ocurre una fractura de hueso. En este caso, tiende
a minimizar el movimiento y a estabilizar la zona de la lesión.
Actividad vigorosa. Los calambres
verdaderos comúnmente son asociados con el uso vigoroso de los músculos y la
fatiga muscular (en deportes o actividades que no son cotidianas). Tales
calambres pueden aparecer durante la actividad o muchas horas después. Del
mismo modo, la fatiga muscular por estar sentado o acostado en una posición
incómoda durante un período de tiempo prolongado o por cualquier uso
repetitivo, también puede causar calambres. Los adultos mayores están en
mayor riesgo de tener calambres cuando realizan actividades físicas vigorosas
o extenuantes.
Calambres en reposo. Los calambres en
reposo son muy comunes, especialmente en los adultos mayores, pero pueden experimentarse
a cualquier edad, incluso en la infancia. Suelen producirse durante la noche,
por eso se les conocen como calambres nocturnos. Si bien no amenazan la vida,
pueden ser dolorosos, nocivos para el sueño y recurrentes. Pueden reaparecer
muchas veces en la misma noche y / o durante muchas noches en la semana. La
verdadera causa de estos calambres nocturnos se desconoce, a veces ocurren al
hacer un movimiento que acorta el músculo. Por ejemplo si estás apuntando el
dedo del pie hacia abajo mientras estás acostado en la cama. Esto acorta el
músculo de la pantorrilla, un sitio común para los calambres musculares.
Más
en; Calambres nocturnos en las piernas.
Deshidratación. Los deportes y
otras actividades vigorosas pueden causar una pérdida de líquidos excesiva.
Este tipo de deshidratación aumenta la probabilidad de sufrir calambres
verdaderos. Esto es más común en climas cálidos y puede ser una señal
temprana de un golpe de calor. La pérdida crónica de fluidos corporales por
el uso de diuréticos (medicamentos que promueven la micción) y el consumo
insuficiente de líquidos pueden actuar de manera similar, especialmente en
las personas mayores. La pérdida de sodio también se ha asociado con los
calambres.
Cambios en los fluidos corporales. Los calambres verdaderos también pueden
ocurrir en presencia de otras condiciones con una distribución inusual de los
fluidos corporales. Un ejemplo es la cirrosis del hígado, que conduce a la
acumulación de líquido en la cavidad abdominal (ascitis). Del mismo modo, los
calambres son una complicación relativamente frecuente de los cambios
repentinos que se producen en los fluidos corporales durante la diálisis por
insuficiencia renal.
Bajos niveles de
calcio y magnesio en sangre. Los bajos niveles de calcio o magnesio
aumentan directamente la excitabilidad de las terminaciones nerviosas y de
los músculos que ellas estimulan. Esto puede ser un factor predisponente para
los calambres verdaderos espontáneos que experimentan muchos adultos mayores,
así como para los calambres frecuentes durante el embarazo. Los calambres
pueden ocurrir en cualquier circunstancia que disminuya la disponibilidad de
calcio o magnesio en los fluidos corporales, por ejemplo cuando se toman
medicamentos diuréticos, si hay hiperventilación (respiración excesiva),
vómitos, cuando se consume una dieta insuficiente en calcio y / o magnesio,
si hay una absorción inadecuada de calcio debido a la deficiencia de vitamina
D, un mal funcionamiento de las glándulas paratiroides, entre otras
condiciones.
Bajos niveles de
potasio.
Los bajos niveles de potasio en sangre pueden causar calambres musculares,
aunque es más común que asocien con debilidad muscular.
Tipos
de calambres musculares: tetania
La
tetania es una condición en la que todas las células nerviosas del cuerpo se
activan y estimulan a los músculos. Esta reacción provoca espasmos o
calambres en todo el cuerpo. El nombre se deriva del efecto de la toxina del
tétanos en los nervios, sin embargo actualmente ese nombre también es
aplicado a los calambres musculares de otras condiciones, como los bajos
niveles de calcio y magnesio en sangre. A menudo, estos calambres se
acompañan de evidencia de hiperactividad de otras funciones nerviosas, además
de la estimulación muscular. Por ejemplo, los bajos niveles de calcio no sólo
provocan espasmos en los músculos de las manos y las muñecas, también pueden
causar sensación de entumecimiento y hormigueo alrededor de la boca y otras
áreas.
A
veces, los calambres tetánicos son indistinguibles de los calambres
verdaderos. Los cambios en ciertas funciones nerviosas y sensaciones que se
producen con la tetania pueden no ser evidentes porque el dolor del propio
calambre los enmascara o los distrae.
Tipos
de calambres musculares: calambres distónicos
Los
calambres distónicos ocurren cuando los músculos que no son necesarios para
un movimiento deseado son estimulados y se contraen. Los músculos que se ven
afectados por este tipo de calambres incluyen aquellos que trabajan
habitualmente en la dirección opuesta al movimiento previsto. Algunos
calambres distónicos suelen afectar a pequeños grupos de músculos (párpados,
mandíbula, cuello, laringe, etc.). Las manos y los brazos pueden verse
afectados durante la realización de actividades repetitivas como las
asociadas con la escritura (calambre del escritor), la mecanografía, la
reproducción de ciertos instrumentos musicales, y muchas otras. Cada una de
estas actividades repetitivas también puede producir calambres verdaderos por
la fatiga muscular. Los calambres distónicos no son tan comunes como los
calambres verdaderos.
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Al
primer signo de espasmo muscular, suspenda la actividad e intente estirar y
masajear el músculo afectado.
En
un principio, el calor ayuda a relajar el músculo, aunque la aplicación de
hielo puede servir después del primer espasmo y cuando el dolor haya
mejorado.
Si
el músculo aún sigue dolorido después de aplicar calor y hielo, se pueden
usar medicamentos antiinflamatorios no esteroides para ayudar con el dolor.
En casos más graves, su proveedor de atención médica puede prescribir
medicamentos antiespasmódicos.
Después
de recibir tratamiento, su proveedor de atención médica debe buscar la causa
del espasmo para evitar que se vuelva a presentar. Si un nervio irritado está
involucrado, se podría necesitar fisioterapia o incluso cirugía.
Tomar
agua o bebidas para deportistas al hacer ejercicio puede ayudar a aliviar los
calambres debido a la deshidratación. Si tomar solamente agua no es
suficiente, las sales efervescentes o las bebidas para deportistas pueden
ayudar a reponer los minerales en el cuerpo.
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¿Has oído hablar del
castaño de Indias? Es un remedio muy efectivo para aliviar las piernas
cansadas, reducir varices y evitar calambres. Mejora nuestra
circulación gracias a su contenido de aescina, un gran aliado para tonificar las arterias y los capilares,
fortaleciendo las paredes de las venas y aliviando los síntomas de los
calambres. En las farmacias puedes encontrarlo en forma de crema para
realizarte masajes, y en las tiendas naturales es habitual adquirirlo en
forma de cápsulas. Lo normal es tomar una cápsula por la mañana, pero no
tienes más que leer su posología en la caja cuando lo compres para saber qué
cantidad será la más adecuada. Pero sin lugar a dudas el castaño
de Indias se
alza como un remedio más que excelente.
5. Vinagre de manzana
El vinagre de manzana
te va a servir tanto para uso interno como externo. Es un gran tonificante,
propicia la correcta circulación y es un aliado magnífico para el dolor
muscular. Podemos por ejemplo
hacernos friegas con él a media tarde en nuestras piernas, de ese modo
conseguiremos dormir mejor. E igualmente, puedes prepararte una bebida
excelente para evitar calambres en otras zonas como por ejemplo en las manos.
Se trata de un té que se realiza con una cucharadita de hojas de frambuesas
rojas y una taza de agua hirviendo. Deja reposar durante unos 10 minutos,
para después, poner media cucharadita de vinagre de manzana y un poco de
miel. Puede que te parezca un tanto extraño, pero se trata de un remedio muy
antiguo para reducir calambres. Si te atreves con él, toma dos tazas al día.
Verás como te va bien.
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